martes, 19 de mayo de 2009

El día del Señor vendrá


¿ De qué hablas?

¿ Qué te está motivando?

¿ Cómo es tu relación con Dios?

¿ Has cambiado tu vieja naturaleza?



Son algunas de las preguntas que te quiero hacer hoy, por supuesto si me lo permites.

Lo que pasa es que me preocupa sobremanera ver tanto pecado dentro de la iglesia, mentiras, avaricia, orgullo y las cosas como son, hay que decirlas por su nombre; a lo bueno, bueno, y a lo malo, malo.

¿ Qué es lo que esperamos para cambiar? La palabra arrepentíos ya no se oye , incluso se habla de que todo está bien, pero... realmente las cosas van bien? se escuchan rumores de guerra, pestes y enfermedades, terremotos y dicen, NO , no vamos a creer a quién nos venga a hablar mal, vamos a confesar lo bueno para nosotros, y seguimos encerrados en cuatro paredes, esperando que vengan a nuestra iglesia como por arte de magia, que vengan a nuestros eventos, y mientras en el mundo la gente se muere sin conocer a Cristo, gente sufre con necesidades extremas y yo me pregunto ¿Dónde está tu iglesia Señor?.

Sigue cómoda, sigue alimentándose para engordar, tiene comezón de oir, ya no sufre la sana doctrina, porque se han desviado de la verdad, no han amado la verdad?.

Entonces, que nos queda; ARREPENTIRNOS Y CREER EN EL EVANGELIO DE JESUCRISTO.



El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.

Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡ cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperándo y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!

Y ahí viene la promesa para los hijos de Dios, para los que son guiados por el Espíritu Santo, para los que han nacido de nuevo, para los que aman a Jesucristo y lo siguen cada día, para los que se niegan a si mismo con tal de entregar su palabra, para los que aman la verdad y son aborrecidos, perseguidos y muchas veces menospreciados.

Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.

Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.



Que Dios les bendiga.






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